La selectividad alimentaria que algunos peques desarrollan pueden interferir tanto en casa como en el colegio. Desde Neuraxis trabajamos con perfiles que rechazan algunos tipos de alimentos para evitar llegar a la necesidad de buscar una alternativa para alimentarse (ej.: sonda), de evitar problemas gastrointestinales o de complementar la dieta con suplementos nutricionales.
El comedor puede ser un gran aliado para aumentar las posibilidades de ingesta de nuevos alimentos. Sin embargo, es posible que, aunque las posibilidades y oportunidades aumenten, puede que el niño/a aún no esté preparado para afrontar este cambio en su alimentación. Bien debido a sus capacidades sensoriales u orales.
¿Cómo se trabaja a nivel sensorial?
En este nivel se trabaja conjuntamente con las áreas de logopedia y terapia ocupacional para ayudar al niño a tolerar el alimento en boca.
Desde el área de terapia es de gran ayuda trabajar la tolerancia a diferentes texturas y estímulos táctiles, además de mejorar la capacidad del cerebro para procesar y organizar la información que se recibe dentro de la misma.
¿Cómo se trabaja a nivel oral?
En este caso, son los logopedas los encargados de trabajar a nivel oral. Es habitual que el niño/a con rechazo alimentario, no tolere sólidos y coma todo triturado o batido. Por lo cual, la musculatura implicada en la deglución y en los procesos masticatorios no está trabajada y puede haber una debilidad/atrofia de la misma.
Es por esto la importancia de la figura del logopeda, ya que, aunque el alimento se tolore en boca, si no hay una estructura que pueda y sepa gestionarlo, puede haber riesgo de atragantamiento. Ocasionando una mala experiencia para el peque que potenciaría su rechazo a dicho alimento.
Para trabajar la musculatura implicada en la deglución se trabaja a través de la llamada «terapia miofuncional«.
Una vez cumplidos los requisitos de tolerancia a la textura y de seguridad en la deglución, es cuando empieza el trabajo con los comedores. Lugar donde el niño/a pueda encontrar oportunidades de ampliar su dieta. Además, el comer con iguales, es un contexto que fomenta la generalización de conductas. Por lo cual, invita al niño/a a probar alimentos que sus compañeros comen habitualmente.
En definitiva, el trabajo interdisciplinar nos permite abordar de manera coordinada y eficaz las necesidades que se requieren en una actividad determinada, en este caso la alimentación. Para cualquier duda sobre selectividad alimentaria no dudéis en poneros en contacto con los equipos de Logopedia y Terapia Ocupacional de nuestro centro. ¡Estarán encantados de ofreceros información y asesoramiento!
