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Terapia en casa

Muchas personas acuden a un centro de fisioterapia o de neurorrehabilitación (como en nuestro caso) con el objetivo de combatir un dolor, un problema funcional… Muy a menudo se cree que con lo que se realiza en el centro es suficiente para mejorar, y en algunos casos es así, pero siempre hemos de tener presente que, se trate de la dificultad (disfunción) que se trate, supone de una alteración en nuestro organismo, y por tanto, debemos desarrollar un papel activo en la recuperación. Así, a día de hoy sabemos que la “terapia en casa”, también llamada “manejo de 24 horas” o “pautas de autocuidado” es fundamental para una óptima evolución, y más si hablamos de procesos complejos como son los que tratamos en el ámbito de la neurología (tanto en adultos como en niños).

En cualquier tipo de alteración la “terapia en casa” va a contribuir a que la mejora sea mejor, o más rápida, o ambas cosas (en la mayoría de los casos). Esto es fácil de entender; si en dos horas de tratamiento de fisioterapia/logopedia/terapia ocupacional a la semana el paciente nota mejoría, ¿cómo sería esta mejoría si hiciera actividades en casa que influyeran positivamente en su tratamiento?

En el caso de la neurorrehabilitación es fundamental este manejo diario, así como la implicación de la familia, especialmente en los casos en los que la afectación es mayor. Pondremos un ejemplo para que pueda entenderse mejor: si uno de nuestros pacientes cuando acude a fisioterapia es capaz de vestirse y desvestirse de manera autónoma (aunque le lleve 5 minutos más que haciéndolo el fisioterapeuta), ¿por qué no hacerlo en casa? Muchas veces la familia/cuidadores argumentan que es más rápido y fácil si se lo hacen (“si a mí no me cuesta nada”, “es que le resulta difícil”…), pero hemos de tener en cuenta otros aspectos. Por una parte, en su domicilio dispone de más tiempo para realizar la actividad (toda o una parte de ella); si a diario no se viste ni se desviste, es posible que con el paso del tiempo sea cada vez más dependiente en esta actividad. Por otra, debemos tener en cuenta que, para cada actividad de la vida diaria, necesitamos poner en juego diferentes componentes que trabajamos durante las sesiones de neurorrehabilitación; en este caso, para vestirse y desvestirse el paciente ha de mantener un buen control de cabeza y  tronco, así como orientar de forma adecuada la prenda con respecto a su cuerpo, activar de forma ajustada la musculatura en la cintura escapular…

El vestido y desvestido es solo un ejemplo. Hay una amplia variedad de actividades que podrían hacerse en casa y que quizás no requirieran tanto tiempo de las personas del entorno para poder ser realizadas y extender el tratamiento más allá de las sesiones en el centro de neurorrehabilitación. En cada caso concreto, el profesional de referencia dará a la persona y a su familia unas indicaciones o pautas para potenciar su proceso de recuperación en el domicilio, y el seguimiento (o no) de ellas también será un factor importante a tener en cuenta para favorecer la evolución.

Muchas personas acuden a un centro de fisioterapia o de neurorrehabilitación (como en nuestro caso) con el objetivo de combatir un dolor, un problema funcional… muy a menudo se cree que con lo que se realiza en el centro es suficiente para mejorar, y en algunos casos es así, pero siempre hemos de tener presente que, se trate de la dificultad (disfunción) que se trate, supone de una alteración en nuestro organismo, y por tanto, debemos desarrollar un papel activo en la recuperación.