Los traumatismos craneoencefálicos (TCE) son una de las causas más frecuentes de daño cerebral adquirido, siendo más comunes en personas jóvenes y /o en edad laboral.
¿Qué es un TCE?
Se entiende por TCE a toda lesión en el cerebro producida por un impacto violento, pudiendo ser originado por un agente externo que impacta contra el cráneo o por el impacto del cráneo contra un obstáculo
¿Cuáles son las causas por las que se produce un TCE?
Entre las causas que pueden originar un TCE, se encuentran:
- Accidentes de tráfico (más frecuentes en población joven adulta)
- Accidentes laborales
- Caídas (más frecuentes en personas mayores)
- Accidentes deportivos
- Violencia física
- Otras circunstancias
¿Qué efectos conlleva el TCE a nivel neuropsicológico?
Ya que la afectación dependerá de diversos factores como la localización de la lesión, las características del daño cerebral, la gravedad del traumatismo, y las características previas de la persona, resulta muy complicado establecer un perfil neuropsicológico de personas con TCE.
Aún así, estas son algunas de las características más comunes que podemos encontrar las personas que han sufrido un TCE:
- Disminución de la velocidad de procesamiento: disminución de la capacidad para procesar los estímulos y responder rápido ante ellos.
- Alteración en la atención, que suele verse afectada incluso en TCE leves. Es habitual que estas personas se distraigan más cuando están realizando una tarea, que les cueste cambiar la atención entre dos tareas o realizar varias tareas al mismo tiempo.
- Frecuentemente encontramos alteración en la memoria, lo que conlleva dificultades en el aprendizaje, en la capacidad para retener nueva información, en la memoria semántica (la que nos permite saber qué es una manzana o cuál es la capital de España) y en la memoria episódica (la que nos permite saber qué hice ayer o a donde fui el día de mi cumpleaños)
- Alteración en funciones ejecutivas: relacionadas con la lesión del lóbulo frontal. No obstante, se pueden clasificar diferentes alteraciones en función de en donde se encuentre el daño en el lóbulo mencionado.
- Alteración en lenguaje: existen diferentes alteraciones en función de en donde se encuentre el daño (podéis encontrar más información en nuestra entrada sobre disfunción en el lenguaje)
- Alteración conducta: se produce en mayor medida en aquellas personas con lesión del lóbulo frontal. Aparecen alteraciones conductuales como la desinhibición, apatía, labilidad emocional, o anosognosia (pérdida de consciencia de sus limitaciones).
- Alteración emocional: también en estrecha relación con lesión del lóbulo frontal. Origina alteraciones emocionales como irritabilidad, agresividad, o euforia.
¿Cuál es el impacto a nivel familiar, social y laboral?
- Nivel familiar: la familia es un elemento fundamental en la rehabilitación del paciente, teniéndose que enfrentar inesperadamente a demandas físicas, psíquicas, y económicas.
- Nivel social: se pueden presentar dificultades sociales como el aislamiento social o el rechazo, tanto para el paciente como para la familia.
- Nivel laboral: se encuentran con impedimentos para la contratación o recontratación. Los argumentos frecuentemente hacen referencia al pagamiento de incapacidades; a la posible presencia de cefalea, labilidad emocional o crisis convulsivas que podrían conllevar a ausentismo; así como la no inserción en el grupo laboral como consecuencia de las secuelas emocionales.
¿Qué hacer para reducir este impacto?
Para disminuir el impacto familiar, social y laboral debemos buscar la máxima independencia de la persona con TCE a nivel psicológico, físico y social. Por lo que es de suma importancia intervenir de forma temprana, llevando a cabo un abordaje terapéutico multidisciplinar desde las diferentes áreas:
- Neuropsicología: minimizar la influencia de los déficits a nivel cognitivo y emocional y facilitar el alcance de un nivel óptimo de adaptación en su vida cotidiana.
- Logopedia: en el caso de que presenten una afectación en relación con la deglución o el lenguaje trabajarán para mejorar sus capacidades y buscar que las funciones se realicen de forma eficaz y segura.
- Fisioterapia neurológica: al igual que en otros tipos de daño cerebral adquirido, según las características de la lesión pueden encontrarse alteraciones a nivel motor (como incapacidad o limitación para caminar, déficit de equilibrio, dificultad para mover las extremidades de forma selectiva…) que se trabajarán desde el área de fisioterapia.
- Terapia ocupacional: se trabajará para que la persona vuelva a ser independiente, valorará las posibilidades de incorporación al puesto de trabajo y las adaptaciones que sean necesarias para ello, además de que asesorará sobre adaptación y accesibilidad del domicilio y sobre productos que puedan facilitarle las tareas.
Si conoces a alguien que, tras sufrir un TCE, posee dificultades para desarrollar de manera eficaz sus actividades del día a día (bien por motivos físicos o cognitivos). No dudes en ponerte en contacto con el equipo de Neuraxis. Estaremos encantados de ofreceros una valoración y/o asesoramiento adecuado a las necesidades de la persona.
