LLAMA Y PIDE CITA EN NUESTRO CENTRO DE FERROL: 881 939 195

Tratamiento rehabilitador en paciente agudo neurológico

En muchas ocasiones el inicio del tratamiento rehabilitador se retrasa debido a la saturación del sistema sanitario o por desconocimiento del propio paciente y/o sus familiares. En el día de hoy os explicamos sobre la importancia de iniciar tratamiento lo más precoz posible, las principales necesidades de los pacientes agudos y sus posibles abordajes. 

¿Por qué es importante iniciar tratamiento de forma precoz?

  • Es importante iniciar el tratamiento de forma precoz porque se asocia a una mejor evolución funcional, independientemente de la gravedad del ictus. Esto se debe a que en los primeros meses tras el ictus el cerebro presenta una mayor neuroplasticidad ( que es la capacidad de cambio que nos permitirá recuperar circuitos neuronales alterados, generar nuevas conexiones neuronales o reaprender las funciones de una forma diferente) para recuperar las funciones afectadas.
  • Esta precocidad combinada con una duración e intensidad adecuada, proporciona:
    • Mayor recuperación motora y sensitiva.
    • Disminuye su dependencia para las actividades básicas de la vida diaria. 
    • Disminuye el porcentaje de discapacidad.
    • Mejora de la calidad de vida.
  • Supone un impacto positivo en su estado funcional y emocional.
  • La precocidad del tratamiento permite ofrecer cuanto antes orientación a la familia y al paciente. El ictus no solo supone un cambio en las capacidades y en los roles de la persona, sino que también sobre sus familiares. Una buena orientación y pautas en cuidados y tareas, fomenta la evolución de los pacientes, así como la calidad de vida de los mismos y la de sus familiares.

¿Cuáles son las necesidades de los pacientes tras un daño cerebral?

  • A nivel físico: Frecuentemente nos encontramos con alteraciones motoras tales como alteraciones del tono, debilidad muscular (en el hemicuerpo afectado o en la cara) o  déficit de control motor. Todo esto repercute sobre las capacidades para realizar las actividades de la vida diaria: caminar, comer, levantarse, etc, ,  ya que necesitan del trabajo en conjunto y coordinado de distintos grupos musculares.
  • A nivel cognitivo: Dependiendo del nivel de lesión, nos podremos encontrar con dificultades a nivel de velocidad de procesamiento (respondemos a los estímulos de una manera enlentecida), memoria, funciones ejecutivas, planificación, atención, apraxias, etc.
  • A nivel emocional: Un daño cerebral supone que la vida del paciente cambie por completo, ya que sus roles y sus actividades van a cambiar. De esta manera, se tienen que abandonar unos o cambiar la forma de llevarlos a cabo. Por consiguiente, puede aparecer apatía, baja motivación y autoestima, abulia, etc.
  • A nivel funcional: Las repercusiones físicas, cognitivas y emocionales van a desencadenar limitaciones a la hora de realizar actividades del día a día y para los desplazamientos. Estas limitaciones variarán de una persona a otra y no dependen solo de las consecuencias del ictus, si no que también del entorno y el contexto de cada persona.

La atención neurológica especializada, debería de estar formada por un equipo interdisciplinar que aborde las principales necesidades que se presentan tras un ictus. Este equipo debería de contar con:

  • Fisioterapia Neurológica: Proporciona atención a las demandas físicas derivadas del daño cerebral, potenciando la fuerza muscular, el movimiento coordinado de los segmentos corporales, capacidad de marcha, etc dependiendo de las capacidades y objetivos del paciente.
  • Terapia Ocupacional: Aborda las necesidades funcionales con el entrenamiento de las actividades del día a día afectadas o su adaptación si son necesarias. Además, son los encargados de la fabricación de:
    • Productos de apoyo para facilitar el desempeño en el día a día.
    • Férulas para modificar aspectos funcionales del sistema locomotor y fomentar la función o para evitar desviaciones y deformidades.
  • Logopedia: Se encarga de potenciar las capacidades de la musculatura orofacial que puedan repercutir en la voz, el habla o la deglución mediante terapia miofuncional y terapias complementarias (crioterapia, electroestimulación, estimulación intraoral…). También se encargan de reducir las limitaciones comunicativas del paciente y, en los casos de disfagia, realizan modificaciones de la dieta si es necesario.
  • Neuropsicología: Aborda las necesidades cognitivas (memoria, planificación, atención…) de los pacientes, ofreciendo recursos para compensar las funciones alteradas y/o la recuperación de las mismas. Además, también aborda las necesidades emocionales cuando estas repercuten en el día a día.

Si usted o su familiar se encuentra en una situación de daño cerebral agudo, no dude en ponerse en contacto con nosotros para iniciar una valoración acorde a las necesidades que presenta. Estaremos encantados de ofreceros atención y acompañamiento en este proceso.