Siempre nos han hablado de los 5 sentidos del cuerpo humano: oído, gusto, vista, tacto y olfato. Pero ¿qué pasa si os decimos que existen más? Nuestro cuerpo experimenta una multitud de sensaciones que debe organizar para ofrecer una respuesta adaptada a los mismos. Estas sensaciones no se experimentan únicamente con los 5 sentidos que conocemos, sino que también por:
- Sistema propioceptivo: Establece el sentido de posición de los diferentes segmentos corporales. Está relacionado con las sensaciones de posición, movimiento de articulaciones, de vibración y de presión. También participa en las sensaciones discriminativas como: texturas de las cosas, localización de un punto que ha sido tocado, sensación de peso, etc.
- Sistema interoceptivo: Este sentido se encarga de informarnos del estado interno de nuestro cuerpo. Nos da información acerca del dolor, de nuestra temperatura corporal, de las sensaciones de hambre y sed, de si tenemos que ir al baño, del sueño, etc.
- Sistema vestibular: El sentido de movimiento de nuestro cuerpo en el espacio. Permite estabilizar nuestro cuerpo durante el movimiento y su posición en el espacio.
Cada sentido nos daría pie a una entrada de blog diferente. En el día de hoy nos centraremos en el sistema vestibular, qué repercusiones ocasiona su afectación en el día a día y cómo podemos abordarlo desde Terapia Ocupacional y fisioterapia
En primer lugar, ¿qué es el sistema vestibular? Cómo hemos dicho anteriormente es el sentido que nos permite colocar nuestro cuerpo en el espacio, permitiendo mantener el equilibrio y la postura, coordinar los movimientos del cuerpo y la cabeza y fijar la mirada en un punto del espacio.
Es el único sistema que no tiene percepción de sí mismo, por lo que no somos conscientes de cuando está funcionando bien o no. Sólo podemos percibirlo a través de los otros sistemas sensoriales, sensación de vértigo, pérdida de estabilidad, náuseas, etc.
¿Qué puede causar la alteración de este sistema?
Las disfunciones vestibulares más frecuentes son las causadas por una lesión en la cabeza,en el sistema auditivo, el envejecimiento o una infección vírica. Otras condiciones, además de factores ambientales y genéticos, son:
- Neuroma acústico: tumor benigno que crece en el nervio vestíbulo-coclear.
- Enfermedad autoinmune del oído interno: ocurre cuando las capacidades de defensa de un sistema inmunitario dañan las células que afectan el oído.
- Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): una condición que resulta de desechos sueltos (otoconia) que se acumulan dentro de una parte del oído interno.
- Laberintitis y neuritis vestibular: Inflamaciones causadas por una infección viral.
- Aneurisma.
- Trastornos del sistema nervioso: Puede causar inestabilidad (por ejemplo, neuropatías periféricas o esclerosis múltiple)
¿Qué supone en nuestro día a día una alteración en este sistema?
La alteración del sistema vestibular, ya sea debido a alguna patología o a un estado transitorio, puede implicar síntomas como vértigo, náuseas, pérdida del equilibrio e inestabilidad y puede variar en gravedad de leve a incapacitante.
Esto afecta de manera directa al desempeño de ocupaciones de nuestro día a día, tales como:
- Movilidad funcional: Tanto en los trayectos a pie, debido a la inestabilidad (hay riesgo de caída) como en vehículos. Siendo conductor o pasajero es característico que las personas con alteración vestibular se mareen en el coche, ocasionando náuseas, vómitos y sensación de malestar.
- Actividades de la vida diaria, básicas e instrumentales: La pérdida del equilibrio es el componente que más afecta en este tipo de actividades, aunque también se pueden desencadenar mareos a la hora de desempeñar actividades que requieran cambios bruscos de orientación.
- Ocio y tiempo libre
- Trabajo
¿Cómo podemos abordar estas limitaciones?
A través de un equipo multidisciplinar que potencie nuestras capacidades a través de diversas actividades y materiales que ponga en desafío a este sistema. La rehabilitación vestibular es una terapia destinada a aliviar los problemas primarios y secundarios debido a los trastornos vestibulares. Está basado en ejercicios diseñados principalmente para reducir el vértigo y los mareos, reducir la inestabilidad y/o el desequilibrio y el riesgo de caídas.
Para la mayoría de las personas que tienen un trastorno vestibular, el déficit es permanente porque la cantidad de restauración de este sistema es muy pequeña. Sin embargo, después del daño del sistema vestibular, los síntomas pueden reducirse y la función puede mejorar debido a la compensación. Esto ocurre porque el cerebro aprende a usar otros sentidos.
- Ejercicios de habituación: Se usa para tratar los síntomas de mareo que se produce debido al movimiento propio y/o producido por estímulos visuales. Está indicado para pacientes que informan un aumento del mareo cuando se mueven, especialmente cuando hacen movimientos rápidos de cabeza o cuando cambian de posición como cuando se inclinan o miran hacia arriba para alcanzar por encima de sus cabezas. Además de aquellos que manifiestan un aumento de los mareos en entornos visualmente estimulantes, como centros comerciales y supermercados, cuando ven películas de acción o televisión, y/o cuando caminan sobre alfombras estampadas y pisos brillantes. El objetivo del ejercicio de habituación es reducir los mareos mediante la exposición repetida a movimientos específicos o estímulos visuales que provocan mareos en los pacientes. Algunos ejemplos:
- Tareas sobre plataformas inestables.
- Gafas de realidad virtual para aumentar la tolerancia a los cambios bruscos de dirección y potenciar la movilidad funcional a través de ambientes inmersivos (supermercados o centros comerciales).
- Columpios para activar y retar a este sistema.
- Estabilización de la mirada: se utilizan para mejorar el control de los movimientos oculares para que la visión sea clara durante el movimiento de la cabeza. Estos ejercicios son apropiados para pacientes que reportan problemas para ver con claridad porque su mundo visual parece rebotar o saltar, como cuando lee o cuando trata de identificar objetos en el entorno, especialmente cuando se mueve.
- Ejercicios de entrenamiento de equilibrio: se utilizan para mejorar la estabilidad de modo que las actividades diarias para el cuidado personal, el trabajo y el ocio se puedan realizar con éxito. Además deben diseñarse para reducir las barreras ambientales y el riesgo de caídas.
- Circuitos de base vestibular con superficies inestables y obstáculos para mantener el equilibrio.
En Neuraxis potenciamos las capacidades de pacientes que tengan comprometido este sistema a causa de una lesión a nivel neurológico. Para cualquier duda o para ampliar información no dudéis en poneros en contacto con el equipo de Neuraxis, estaremos encantados de ofreceros asesoramiento e información.