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Sexualidad después de un daño cerebral adquirido

Las personas con un daño cerebral adquirido experimentan, entre otros, grandes cambios a nivel físico, psicológico y/o sensorial presentando un importante cambio de identidad en la sociedad, con su familia y en sus relaciones íntimas. Sin embargo, actualmente, existe poca literatura acerca del impacto real que tiene el daño cerebral en el funcionamiento sexual individual, las relaciones íntimas y la satisfacción sexual, es decir, sobre su sexualidad.

La etiología de una lesión cerebral es diversa y las manifestaciones clínicas posteriores también lo son; pueden darse cambios a nivel motor, cognitivo y/o conductual, sin olvidar que la conciencia de las secuelas puede verse afectada pudiendo no integrar las nuevas limitaciones personales y las consecuencias de las mismas en la vida global y social del individuo en su entorno. Por ello, los sujetos que han sufrido un daño cerebral adquirido pueden vivir su sexualidad de una forma diferente tras la lesión.

Asociado con las secuelas que desencadena la afectación, aparecerán una serie de dificultades que cambiarán las relaciones de pareja. Los problemas de movilidad, las dificultades en el lenguaje y/o los trastornos emocionales, entre otros, afectarán al día a día. Además, esta se verá más afectada cuanto mayor sea la gravedad de las secuelas y el grado de dependencia de la persona. Cabe destacar:

  • Cambios en la capacidad de comunicación, pudiendo amentar la frustración y sensación de soledad del sujeto.
  • Secuelas emocionales como labilidad emocional o cambios bruscos de humor que pueden afectar a las relaciones interpersonales.
  • Dificultad o incapacidad para mostrar sus sentimientos y/o deseos.
  • Cambios en la relación de pareja, pasando a ser el usuario un paciente y su pareja su cuidador.
  • Disminución del interés sexual asociado a cambios hormonales, del estado de ánimo y/ o secundarios a la medicación.
  • Bajo nivel de autoestima y sentimiento de inferioridad en las relaciones personales.

La gran complejidad de las secuelas que pueden aparecer tras una lesión cerebral hace que los posibles efectos sobre la sexualidad de una persona sean muy variados. Las alteraciones estructurales y funcionales del cerebro pueden causar daños directos en el funcionamiento sexual, pero también puede afectar indirectamente al funcionamiento sexual a través del impacto en las capacidades fisiológicas, físicas, cognitivas, conductuales y/o emocionales.

Alteraciones en la sexualidad tras el DCA

Entre los aspectos relacionados con la sexualidad que se pueden ver afectados, y teniendo siempre en cuenta la variabilidad individual, destacamos los siguientes:

  • Disminución de la satisfacción: El DCA habitualmente implica un impacto negativo en relación a la satisfacción de las relaciones de pareja a consecuencia de desajustes en las relaciones sexuales por todas las alteraciones sexuales mencionadas.
  • Disminución del deseo: es frecuente observar la disminución o ausencia significativa del deseo sexual (libido) en personas que previamente disfrutaban de su sexualidad.
  • Disminución de la excitación sexual: disminución en la capacidad de obtener y/o lograr un orgasmo. En el caso de las mujeres, puede haber una disminución de la lubricación vaginal mientras que en los hombres suele aumentar la dificultad para obtener y/o lograr una erección (disfunción eréctil) y lograr eyacular.
  • Disminución de la frecuencia de las relaciones sexuales: normalmente, las personas con DCA sufren una disminución importante en su sexualidad a causa de cambios en su comportamiento sexual, autoestima y bajo estado de ánimo.
  • Disminución de la calidad de la relación de pareja: el resto de dificultades comentadas provocan que la calidad de la relación de pareja disminuya. Los problemas de comunicación, el cambio de roles, o las expectativas de tener una vida como antes de la lesión son factores que influyen de forma negativa en la relación.

De manera frecuente, se habla de la falsa idea de que la diversidad funcional desencadena una falta de interés acerca de la sexualidad o apreciar cualquier manifestación en sentido erótico como una consecuencia de la propia discapacidad. No obstante, no es correcto asociar discapacidad con asexualidad ya que existe una amplia diversidad de los cambios sufridos tras una lesión adquirida, así como el hecho de que todos, con unas capacidades u otras, seguimos siendo seres sexuados. Esta negación hace que la sexualidad se haya convertido en el gran olvidado de los programas de la rehabilitación.

Todas las personas tienen una forma única de vivir y manifestar su sexualidad. En este sentido, las personas con Daño Cerebral Adquirido deberán, adaptarse y aceptar los cambios y las limitaciones sobrevenidas aprendiendo, de nuevo, a disfrutar y a vivir su sexualidad.

Por todas estas razones, desde Neuraxis queremos compartir con vosotros que la intervención sobre la sexualidad en personas con daño cerebral resulta posible y eficaz, tanto por los resultados obtenidos directamente de un correcto abordaje de la misma como por la generalización de estos a la vida cotidiana. En este sentido, debemos tener en cuenta que no solamente mejora la calidad de vida, bienestar y autonomía de los propios pacientes, sino que tiene implicaciones indirectas en la pareja y familiares.