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La importancia de los reflejos orales en la alimentación de nuestros bebés

Durante el primer mes de vida, la alimentación es un acto instintivo, pero a medida que el bebé crece, comienza a desarrollar el control motor voluntario. Desde el nacimiento hasta aproximadamente los 3-4 meses, cuenta con una serie de reflejos orales que le facilitan la alimentación mientras su sistema neuromotor madura.

Los reflejos orales son respuestas reflejas innatas presentes en los recién nacidos, y se dividen en dos grupos: adaptativos y protectores.

Los reflejos adaptativos son respuestas neuromotoras involuntarias que facilitan la alimentación y garantizan la supervivencia en los primeros meses de vida. Le permiten al bebé localizar, captar y procesar el alimento antes de que desarrolle un control voluntario de la succión y la deglución.

Los reflejos protectores tienen la función de resguardar las vías respiratorias durante la alimentación, evitando posibles aspiraciones.

Si cualquiera de estos reflejos persisten más allá del tiempo esperado, pueden afectar el desarrollo de funciones como la alimentación. Del mismo modo, la ausencia de uno o varios reflejos orales adaptativos en el recién nacido puede generar dificultades para alimentarse; comprometiendo su nutrición, hidratación y crecimiento.

Por ello, en esta entrada del blog nos enfocaremos en los reflejos orales adaptativos.

¿Cuáles son los reflejos orales adaptativos y sus consecuencias?

Reflejos orales adaptativosConsecuencias según el reflejo está ausente o alterado
De búsqueda– Dificultad para localizar el pezón o la tetina.
– Retraso en el inicio de la alimentación oral.
De succión– Dificultad para generar la presión negativa adecuada para extraer leche.
– Alimentación lenta y fatiga durante las tomas.
– Riesgo de deshidratación y desnutrición.
De deglución– Riesgo de aspiración (entrada de leche en la vía aérea), pudiendo causar infecciones respiratorias como neumonía.
– Acumulación de leche en la boca sin ser tragada.
De extrusiónSi persiste más allá de los 6 meses:
– Dificultad para introducir sólidos.
– Interfiere en la masticación y en el desarrollo del habla.

¿Qué grupos de niños son los más vulnerables?

Los bebés prematuros, especialmente aquellos nacidos antes de las 32-34 semanas de gestación, son el grupo más vulnerable a la ausencia o alteración de los reflejos orales adaptativos, ya que su coordinación succión-deglución-respiración (S-D-R) aún no está completamente desarrollada:

  • Por un lado, la inmadurez neuromotora provoca una succión rítmica débil, que comienza a formarse alrededor de las 32 semanas y no se coordina completamente con la deglución y la respiración hasta las 34-36 semanas, lo que aumenta el riesgo de aspiración.
  • Además, la hipotonía y la debilidad muscular pueden afectar la eficacia de la alimentación oral; y a esto se suman alteraciones sensoriales derivadas de la estancia prolongada en la UCI neonatal, el uso de sondas y la falta de experiencias orales positivas, que pueden generar hipersensibilidad oral o aversión a la alimentación.

Del mismo modo, los prematuros con displasia broncopulmonar o problemas respiratorios tienen mayores dificultades para coordinar la respiración con la alimentación, lo que incrementa el riesgo de aspiración y complicaciones nutricionales.

¿Hay más grupos de niños en riesgo?

Además de los prematuros, existen otros grupos de bebés en riesgo de alteraciones en los reflejos orales adaptativos y dificultades en la alimentación:

  • Bebés con daño neurológico como parálisis cerebral o encefalopatía hipóxico-isquémica que pueden presentar hipertonía o hipotonía, afectando la succión y la deglución.
  • Bebés con síndromes genéticos como Síndrome de Down, Prader-Willi o Pierre Robin que pueden tener hipotonía, macroglosia o anomalías anatómicas que interfieren con la alimentación.
  • Bebés con malformaciones craneofaciales como labio leporino, paladar hendido o micrognatia que presentan dificultad para generar la presión negativa necesaria para una succión eficaz.
  • Bebés con cardiopatías congénitas que pueden fatigarse fácilmente durante la alimentación, lo que limita su ingesta y puede afectar su crecimiento y desarrollo.

¿Qué papel desempeña la logopedia?

El manejo de la alimentación en prematuros y otros grupos de riesgo requiere un enfoque especializado que garantice su seguridad y favorezca su desarrollo oral. La estimulación oromotora temprana es fundamental para fortalecer la musculatura oral y preparar al bebé para una alimentación más eficiente. Además, es clave utilizar estrategias adaptadas, como una posición adecuada durante la toma, el control del flujo del biberón y la introducción de pausas para evitar fatiga y mejorar la coordinación succión-deglución-respiración (S-D-R).

En los casos en los que la alimentación oral no es segura o viable, se recurre a la alimentación por sonda, asegurando siempre una transición progresiva y segura hacia la vía oral cuando el bebé esté preparado.

En conclusión, cada bebé con dificultades en los reflejos orales necesita una evaluación detallada y un plan de intervención personalizado, adaptado a sus necesidades y a la causa subyacente del problema.

La detección temprana es fundamental para prevenir complicaciones como aversiones alimentarias, dificultades en la ganancia de peso o riesgo de aspiración. Mediante una estimulación adecuada, se puede mejorar la funcionalidad oral y facilitar una alimentación segura y efectiva. Además, un abordaje interdisciplinar, con la colaboración de logopedas y otros profesionales de la salud, es esencial para optimizar los resultados y garantizar el bienestar del bebé.

El abordaje logopédico te ayudará a detectar y tratar las posibles dificultades en cuanto a la deglución y alimentación de tu bebé.