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QUÉ CALZADO ESCOGER CUANDO HE SUFRIDO UN ICTUS

Importancia de una buena elección del calzado tras haber sufrido un ictus

Después de haber sufrido un ictus pueden verse afectadas distintas funciones, tales como la alimentación y deglución , el habla, la función cognitiva(razonamiento, atención-concentración, memoria…) o la marcha. Ésta última es uno de los motivos de consulta más frecuentes cuando una persona acude a valoración de fisioterapia, puesto que necesitamos caminar no sólo para hacer desplazamientos largos, sino que también es algo que utilizamos para desenvolvernos en nuestro día a día, dentro de casa, y para relacionarnos con los demás.Es cierto que cada persona tiene sus propias características y que es conveniente analizar en detalle las circunstancias y el uso que le va a dar al calzado, puesto que no serán los mismos zapatos los que se recomienden a un paciente que vaya a correr a diario o haga senderismo o escalada, que a otro que tenga una vida más sedentaria. En todo caso, hay aspectos que es conveniente tener en cuenta a la hora de plantearse comprar un calzado, para que pueda darnos el mejor resultado, entendido éste como mayor facilidad para caminar de la mejor forma posible.

PAUTAS QUE PUEDEN SERVIRNOS DE GUÍA A LA HORA DE COMPRAR CALZADO

1.Que el calzado sea cómodo y se ajuste a la talla que necesitamos. Parece algo muy obvio, pero no lo es tanto cuando a día de hoy se compran muchos productos por internet.  Es importante que el calzado no moleste en ningún lugar ni haga roces, y que, por supuesto, tenga la medida adecuada del pie; si la persona lleva una férula u otro dispositivo (como un Foot up o un boxia, que sirven para evitar que el pie “caiga” en flexión plantar). 2. Adaptarse al momento en el que se encuentra la persona. No será el mismo calzado el que necesita alguien que se encuentra en una fase aguda en el hospital o en su domicilio, donde la prioridad será que el calzado sea cómodo y a la vez fácil de poner, que el calzado que necesitará una persona que va a caminar a diario 3 o 4 kilómetros, y que se encuentra en un proceso de reeducación de la marcha post-ictus. Cuando tratamos este tema con algunos pacientes, preguntando porqué llevan un calzado deportivo con gomas (de los que no llevan cordones ni velcros para ajustarlos), nos comentan que es el que le recomendaron en el hospital. Y en ese momento nuestra respuesta siempre es la misma: “¿llevarías el mismo calzado a un evento que el que utilizarías para ir al gimnasio?” NO! Pues se trata de lo mismo, es necesario adaptarse a las circunstancias y a las necesidades, pero teniendo en cuenta cual es la prioridad en cada momento. En todo caso, están totalmente desaconsejados los calzados tipo pantuflas o las zapatillas descalzas. 3. Que sujete bien el pie. Para ello son importantes, de forma general (aunque es necesario valorar cada caso particular con el profesional responsable), dos aspectos:

  • Que lleven refuerzo en el calcáneo, para mantener una posición adecuada de este hueso y de la parte posterior del pie durante la marcha. Que todo el miembro inferior se encuentre en una posición óptima de alineación será fundamental para que el movimiento pueda ser el mejor posible, y para ello el pie debe contactar con el suelo de forma que sea una base estable. Si el calzado facilita o compensa.
  • Que el ajuste anterior sea adecuado. Esto significa que se pueda adaptar a la forma del pie de cada uno (con las peculiaridades que todos tenemos), sin que quede flojo en ningún lugar. Para ello, lo mejor suele ser el atado con cordones o (en algunos casos), el cierre con velcros. Si la persona no puede utilizar las dos manos para atar los cordones, desde terapia ocupacional(insertar enlace) se le puede enseñar a hacerlo, o en caso de que no sea posible después de haberlo intentado, hay opciones adaptadas como los cordones que se ajustan con una mano o los cierres con cremallera.

4. Que amortigüe bien el peso del cuerpo. Este aspecto es especialmente importante cuando la persona va a caminar durante un tiempo o cuando se está entrenando la marcha para volver a hacer deporte o trayectos largos. Si antes de haber sufrido un ictus no nos compraríamos el calzado más básico de la tienda para ir al gimnasio, ¿por qué después de haberlo sufrido íbamos a hacerlo? Y más teniendo en cuanta las limitaciones que una persona en estas condiciones suele tener al caminar, especialmente porque cuando el pie “choca” contra el suelo su capacidad para amortiguar el peso del cuerpo está disminuida en la mayor parte de los casos.Con este texto hemos intentado ayudaros, desde nuestra experiencia de forma general, dándoos distintas recomendaciones que a nosotros nos parecen imprescindibles antes de comprar un calzado que nos ayude a la hora de caminar, pero cada caso particular y requiere una valoración exhaustiva del fisioterapeuta, el podólogo y el terapeuta ocupacional, para determinar que dificultades aparecen durante la marcha, cómo se pueden trabajar en las sesiones y cómo el calzado puede facilitar (o dificultar) esta función que es tan importante para nosotros.

Si tienes dudas puedes consultarnos antes de comprarlos! ¡no dudes en ponerte en contacto con nosotros en nuestro centro de Ferrol.