Asistir a un curso de formación sobre un concepto, principio o método de formación en Fisioterapia Neurológica siempre genera en una cierta inquietud y nerviosismo por el aprendizaje, y las expectativas puestas en una formación extensa sobre el Concepto Bobath son muy altas. Después de haber realizado ya dos módulos de formación específica Bobath en Pediatría, y casi en el ecuador de este curso de reconocido prestigio internacional, me encuentro con dos gratas sorpresas al descubrir la planificación: el hecho de que vaya a impartir docencia Marisa Frontera, referente a nivel nacional en este tipo de tratamiento y Tutora Bobath Senior; y por otra parte, una sesión magistral sobre Ortopedia en Parálisis Cerebral, impartida por el Dr. Lluís Terricabras, Director del Grupo de Ortopedia Infantil en el Centro Médico Teknon de Barcelona.
Lo primero que impresiona a un fisioterapeuta que asiste a una ponencia magistral de un médico es que inicie su explicación fundamentando gran parte de su tratamiento (fundamentalmente quirúrgico, ya que se trata de un cirujano ortopédico) en las decisiones tomadas en conjunto con su equipo multidisciplinar. Y más sorprende cuando explica que es imposible hacer una valoración global y ajustada del niño en base únicamente a las pruebas de exploración en consulta. Sin duda, con esa visión se ganó mi respeto y admiración. Y también (por qué no decirlo), hizo que me planteara que a veces los fisios, empezando por una servidora, juzgamos también las decisiones de otros profesionales sin llegar a conocer su razonamiento de base.
Otra afirmación que muy significativa es la de que “el niño no es un adulto pequeño”, y por tanto, no podemos tratarlo personalmente ni tampoco en las técnicas, como si fuese un adulto “reducido”. En primer lugar por algo obvio: las proporciones son muy variables entre un niño de 1 año y un adulto de 20, empezando por el tamaño de la cabeza (en un bebé es aproximadamente 1/3 de su estatura, cuando en un adulto solamente significa 1/10). Por otra parte, y aunque parezca muy obvio, porque el niño se encuentra en crecimiento, y por tanto en una situación de cambio constante. Estos cambios suceden a nivel muscular, óseo, articular… y también a nivel de su SNC y su SNP. Por tanto, su capacidad para ajustarse a los cambios y producir un aprendizaje (positivo o negativo) como producto del tratamiento, bien sea médico, quirúrgico o rehabilitador, es todavía mayor.
A lo largo de su explicación tratamos varios temas importantes en el abordaje ortopédico de la Parálisis Cerebral, incluyendo aspectos tales como el pronóstico de marcha y los tipos de marcha patológicos en el niño, la escoliosis, la luxación de cadera, el uso de toxina botulímica y los tipos de cirugía utilizados en la actualidad para el tratamiento médico y quirúrgico en esta alteración.
Sin duda, una gran exposición que me ayudó a “mover el suelo bajo mis pies”, y dejarme a la vez un poco en shock, pero también interesada por disponer de más información sobre esta otra visión complementaria para ayudar a mejorar la calidad de vida de “nuestros” niños.