Tanto en bebés como en adultos, cuando hablamos de marcha lateral nos queremos referir al movimiento de desplazamiento en dirección lateral manteniendo una secuencia de pasos similar a la marcha habitual, es decir, caminar de lado. En peques, la marcha lateral es un hito crucial en el desarrollo motor, preparándonos para la marcha de manera autónoma. En adultos, puede ser un ejercicio para potenciar la musculatura o trabajar el equilibrio, entre otros elementos o bien una forma de moverse en situaciones específicas.
En resumidas cuentas, la marcha lateral es una estrategia motora interesante que tiene diferentes aplicaciones funcionales a la vez que un valor terapéutico dentro de la neurorrehabilitación. Por ello, su análisis y entrenamiento puede darnos datos muy útiles, para nuestra valoración, planteamiento de objetivos e intervención, sobre planificación motora, estrategias de equilibrio y coordinación y/o control motor, entre otros.
La marcha lateral, ofrece diversos beneficios, destacamos:
- Fortalecer la musculatura → este tipo de marcha potencia, sobre todo, los músculos de la cadera, donde se incluye el glúteo medio que es fundamental para la estabilidad de la pelvis y el equilibrio en actividades como mantenernos de pie o caminar, la musculatura de tronco y la encargada del cierre y apertura de la pierna (aductores y abductores).
- Favorecer las reacciones de equilibrio y enderezamiento → al ser una variante de la marcha que no solemos realizar con tanta frecuencia, nuestro cuerpo debe realizar diferentes ajustes del centro de gravedad por lo que estamos retando constantemente a nuestros sistemas de equilibrio.
- Mejorar la estabilidad → cuando nos movemos de lado, es necesario que nuestro cuerpo se coordine para mantener la postura y estabilidad por lo que estamos potenciando la realización de diferentes estrategias y ajustes posturales.
- Potenciar la conciencia corporal y coordinación → de todas las estructuras, pero especialmente de nuestros miembros inferiores y caderas al tener que trabajar en sintonía.
- Estimular nuestros sistemas vestibular y somatosensorial →el cambio de orientación y la necesidad de un control postural más analítico para mantener la estabilidad hace que estos 2 sistemas, fundamentales en el equilibrio junto al sistema visual, se potencien.
Marcha lateral en los más peques
En pediatría, la marcha lateral con apoyo es uno de los pasos previos a la marcha autónoma. En niños con alteraciones del neurodesarrollo como parálisis cerebral, ataxias o algún tipo de retraso psicomotor, esta modalidad de desplazamiento puede verse afectada o no estar presente. En estos casos, su entrenamiento va a tener, entre otros, los siguiente objetivos:
- Estimular las reacciones de equilibrio y enderezamiento → mayor funcionalidad y autonomía del niño.
- Potenciar la planificación motora → reta al peque a tener que adaptarse a nuevas situaciones.
- Favorecer la simetría postural → especialmente en aquellos casos donde existe una alteración en la alineación corporal por cuadros como una hemiparesia.
- Fomentar la integración sensorial → al implicar una orientación espacial diferente a las que solemos utilizar en nuestras actividades básicas de la vida diaria.
Algún ejemplo de actividades que podemos realizar para entrenar con nuestros peques la marcha lateral autónoma, a través del juego, puede ser cualquier actividad que motive al niño a desplazarse en dirección lateral como circuitos de obstáculos, imitación de animales…
Marcha lateral en adultos
Especialmente en aquellos pacientes adultos que han sufrido lesiones neurológicas como un accidente cerebrovascular, traumatismos craneoencefálicos, lesiones medulares, tumores cerebrales o enfermedades neurodegenerativas (Esclerosis Múltiple, enfermedad de Parkinson, ELA…), la marcha lateral puede suponer un reto de alta exigencia. Esto se debe, entre muchas otras causas, a las alteraciones del tono muscular, pérdida de fuerza muscular y del control postural, la disminución de la coordinación, la alteración del esquema corporal o de las reacciones de equilibrio de enderezamiento.
Los objetivos del entrenamiento de esta modalidad de marcha en adultos son, entre otros:
- Aumentar la estabilidad de la pelvis y tronco → fundamental en actividades de la vida diaria como la marcha propiamente dicha o los cambios de dirección.
- Mejorar el esquema y la conciencia corporal → al suponer una actividad retante que requiere diferentes estrategias.
- Reducir el riesgo de caídas → supone un reto para nuestras estrategias de equilibrio y enderezamiento y mejora el control en actividades de transición y giros.
Algunas actividades interesantes para plantear de manera progresiva son empezar con pasos laterales asistidos por un fisioterapeuta o un dispositivo de suspensión del peso corporal, marcha lateral autónoma, superficies inestables, uso de distractores como pases de pelota, estímulos visuales o sonoros…
En resumen, el entrenamiento de la marcha lateral puede ser una herramienta interesante tanto para niños como adultos, eso sí, no debemos olvidar que es fundamental realizar una valoración exhaustiva previa de cada usuario para poder analizar sus capacidades y aspectos claves como puede ser el estado cognitivo, la presencia de asimetrías o deformidades ortopédicas, el uso de productos de apoyo, etc.
Si queréis saber más sobre la marcha o alguna otra curiosidad, no dudéis en poneros en contacto con nosotras, estaremos encantadas de poder ayudaros en nuestro centro en Ferrol!!