Mantenerse correctamente hidratado es fundamental para asegurar un buen estado de salud y, para llevarlo a cabo, la deglución es el mecanismo necesario.
La deglución es un proceso único que se puede dividir en tres fases: oral (o preparatoria), faríngea y esofágica. Si las dificultades aparecen en la fase faríngea, puede verse alterada la seguridad en la deglución, con el consiguiente riesgo de sufrir una aspiración (penetración del alimento o bebida en la vía aérea).
Cuando el paciente presenta alguno de los signos de alerta durante la ingesta de cualquier líquido, puede ser indicativo de una falta de protección de la vía aérea (el alimento “ se escapa” hacia el pulmón). En este caso,el profesional valorará si es seguro beber líquidos y, de no ser así, buscará la forma de adaptar la viscosidad del líquido, garantizando la seguridad.
La dificultad para deglutir líquidos es la causa principal por la que un individuo con disfagia presenta riesgo de deshidratación. Pero a mayores, existen una serie de factores relacionados con dicha deshidratación:
- La propia enfermedad origen de la disfagia: astenia, anorexia, náuseas, depresión…
- El tratamiento de la enfermedad de base: odinofagia (dolor), mucositis, xerostomía (boca seca) post-radioterapia y/o tratamiento con morfina.
- El miedo a la deglución de líquidos, que produce ansiedad.
- El temor a la posible penetración de los líquidos a la vía respiratoria.
- La incapacidad para la autoadministración de líquidos.
- Restricción hídrica por indicación médica.
Las consecuencias clínicas de la deshidratación dependen del déficit de agua corporal y ya se pueden observar a corto plazo: si la disminución persiste en el tiempo y no se detecta, el paciente aumentará el riesgo de aspiración porque la xerostomía (boca seca) disminuye el aclaramiento y la limpieza orofaríngea, aumenta la colonización bacteriana y facilita las infecciones orofaríngeas.
A largo plazo, puede causar insuficiencia renal aguda de origen prerrenal, mayor riesgo de infección urinaria por una mayor concentración de la orina, obstrucción intestinal por la presencia de fecaloma y mayor riesgo de úlceras de decúbito, caídas y fracturas.
ENTONCES, ¿QUÉ PODEMOS HACER PARA EVITAR ESTA SITUACIÓN?
Dado que la alimentación (además de ser una necesidad fisiológica) también es un acontecimiento social, cultural y placentero; los espesantes y las aguas gelificadas son recursos muy interesantes para lograr una óptima hidratación en caso de disfagia y asegurar la calidad de vida de los pacientes.
En general, nuestros pacientes suelen tener unas necesidades hídricas menores porque su actividad física es reducida; por tanto, les resultaría suficiente el aporte de 1 litro de agua al día. A pesar de ello, es necesario planificar las tomas, ofreciendo agua espesada o gelificada en las tomas principales, a media mañana y en la merienda. Mantendremos un control de la ingesta de líquido, en la consistencia pautada, garantizando el volumen diario necesario.
Alternativa más frecuente: espesantes
El espesante es una sustancia que nos permite adaptar la consistencia del líquido a una consistencia néctar (similar al zumo de melocotón), miel o pudding; en función de la valoración previa del paciente.
Otra alternativa: agua gelificada
Es un producto que presenta un 91% de agua de alta consistencia (tipo pudding), es decir, mantiene sus propiedades y no se degrada con la saliva (al contrario de lo que pasa con las gelatinas comunes). Además:
- Está lista para consumir y puede llevarse siempre encima porque no requiere frío.
- Por su variedad de sabores, permite evitar la sensación de desagrado que pueden provocar los espesantes.
- Aumenta la producción de saliva.
- Proporciona una sensación de frescor en boca.
- Aporta un alto contenido en fibra.
La alimentación juega un papel importante en la vida de todo ser humano. Además de ser una necesidad vital, forma parte de un acto social que nos hace sentir bien y con el cual disfrutamos. Pero en nuestra cultura, el comer es mucho más que eso: reflejamos que disfrutamos con la comida, participamos y, en definitiva, socializamos en torno a una mesa mientras comemos.
Si tienes alguna duda sobre si tu deglución o la de un familiar es segura o cómo adaptar la textura de los alimentos y bebidas para llevar una alimentación sin riesgos, no dudes en ponerte en contacto con el área de Logopedia de Neuraxis