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Evaluación sensorial de los alimentos

Cuando nos encontramos con niños/as que presentan selectividad alimentaria debido a causas sensoriales (p. ej: no tolera la textura dentro de la boca, no soporta el olor…), debemos hacer una evaluación sensorial de los alimentos adecuada para poder ofrecerlos de manera secuencial y, de esta manera, poder generar una tolerancia a los mismos y así aumentar el abanico de opciones en la dieta. 

En el análisis sensorial de los alimentos debemos percibir las características de los mismos a través de uno o más sentidos. Así tendremos en cuenta:

  • Impresión visual: Color, brillo, tamaño y/o forma. 
  • Su olor.
  • Sabor: Dulce, salado, ácido, amargo y umami. 
  • Textura (características somato-sensoriales): Dureza, viscosidad, pegajosidad, aceitoso, terroso…
  • Ruidos crocantes, chirriantes, crujientes…

No podemos introducir alimentos aleatoriamente. Es de suma importancia analizar las características del alimento que le vamos a ofrecer para plantearle el reto justo a nuestro peque y que no rechace alimentos que antes toleraba. 

COMER ES LA TAREA SENSORIAL MÁS DIFÍCIL QUE REALIZAN LOS NIÑOS/AS. Por lo que es importante ir pasando por diferentes pasos de habituación para poder introducir un alimento. De esta manera deberemos pasar por diferentes fases hasta llegar a introducir un aliemento: 

  1. Tolerar: Asegurarnos que sensorialmente (visualmente o olfativamente, por ejemplo) tolera el alimento en la mesa. Hacerlo presente en nuestras sesiones. 
  2. Interactuar: El siguiente paso sería interactuar con él. Siempre a través del juego. 
  3. Olfatear: Primer acercamiento a la zona orofacial. Podemos también utilizar fragancias o esencias para eliminar el componente visual del alimento. 
  4. Tocar: Añadimos otra sensación más que nos acerca al alimento. 
  5. Probar: No debemos confundirlo con comer. Probar va desde pasar la lengua por el alimento hasta morderlo o saborearlo y moverlo dentro de boca. 
  6. Comer: ¡Último paso! Se refiere a morder, masticar y tragar un alimento. 
evaluación sensorial

Así mismo, debemos introducir alimentos por orden, teniendo en cuenta: 

  • Las características principales de los alimentos mencionadas anteriormente: sabor, textura, temperatura, olor…
  • Las características funcionales y sensoriales de los niños. Normalmente, los niños que presentan selectividad alimentaria presentan una alteración en el desarrollo de la musculatura orofacial, por lo que hay que tenerlo en cuenta para ofrecerle alimentos que pueda manejar. 

De esta manera, empezaremos por aquellos que se adaptan más a las preferencias sensoriales de nuestros peques e iremos abriendo el abanico progresivamente hasta acabar con alimentos más complejos, como las dobles texturas (naranja, tomate cherry…) o las viscosas. 

En ocasiones, pensamos que un alimento es fácil de introducir, pero a la hora de la verdad puede que no hayamos elegido el adecuado. Os pongo un par de ejemplos: 

  • Pan de molde: Aparentemente, puede parecer un alimento fácil de introducir, ya que es blandito y se deshace bien con las manos. Pues bien, al meterlo dentro de la boca junto con la saliva, este cambia de consistencia y se convierte en una masa difícil de gestionar si no se poseen las capacidades orofaciales requeridas. 
  • Tomate cherry: A parte de poseer doble textura y resultar difícil su manejo dentro de boca. ¿Os habéis parado a pensar en la experiencia sensorial que supone morderlo? Pasas de una textura dura y lisa a, de repente, que algo líquido con pepitas y frío salga de dentro. 

De ahí la importancia de analizar cómo es un alimento, tanto fuera como dentro de boca. 

¿Qué nos puede indicar que la base del problema es sensorial?

  • Presenta arcadas en el momento de la comida, al meterse el alimento en la boca o incluso al olerlo o tocarlo.
  • Tolera sólo algunas texturas de alimentos.
  • Preferencia por comidas de colores determinados.
  • Es selectivo con las marcas de los alimentos.
  • Evita estar manchado/a
  • Retiene mucho tiempo la comida en la boca.
  • No tolera las texturas mixtas, como pueden ser los guisantes con jamón, la sopa con garbanzos u otros.
  • Preferencia por un tipo de material o cubierto.

Para cualquier pregunta o asesoramiento, no dudéis en poneros en contacto con el equipo de Neuraxis. El equipo de Logopedas y Terapeutas Ocupacionales formados sobre esta temática estará encantado de ayudaros.