Una correcta estabilidad postural es fundamental para cualquier actividad de nuestra vida diaria, ya que permite la máxima funcionalidad realizando el mínimo esfuerzo. Sin un buen control postural, es probable que el niño presente dificultades en las habilidades de juego y alimentación. Además, si estructuras como nuestra pelvis, nuestro tronco o nuestras extremidades no están bien posicionados va a ser mucho más difícil que las estructuras encargadas de la deglución lo estén y puedan realizar correctamente su función.
¿Qué beneficios conlleva una buena estabilidad postural?
- Ayuda a liberar el cerebro motor del niño para centrarse en la tarea de comer.
- Apoya la función respiratoria (primera prioridad de nuestro cuerpo).
- Proporciona seguridad al sentarse.
- Permite una mejor coordinación mano-boca y la manipulación motora fina de los alimentos.
- Facilita el rango de movimiento de la mandíbula para masticar.
¿En qué debo fijarme para saber si mi hijo está bien sentado?
- La bandeja de la mesa debe estar colocada entre el ombligo del niño y su pecho.
- Las rodillas del niño deben estar a 90º, sobre el borde de la silla.
- Es aconsejable que la espalda esté apoyada para que sus caderas tengan también un ángulo de 90º. Pero ¡OJO!: nunca colocaremos cojines/almohadas para que se aguante, ya que esto suele impedir su movilidad.
- Es importante que los pies se coloquen sobre alguna superficie estable (ej. reposapiés) para que sus tobillos estén a 90º.
¿Cómo debe ser la primera trona de nuestro hijo?
Es aconsejable que la primera silla del bebé le permita reclinarse y sentarse, para así poder utilizarla desde el primer momento en que se le empieza a alimentar.
Una vez que el niño intenta echarse para adelante con el fin de querer alcanzar la cuchara, es el momento de hacer la transición a una silla de alimentación que le permita sentarse en la posición 90 – 90 – 90 (caderas, rodillas y tobillos).
Es aconsejable que los niños, después de los 14-16 meses, se sienten en la mesa con su familia con el fin de no utilizar la trona con bandeja.
¿Y qué sillas se recomiendan a partir de los 14 – 16 meses?
Una buena opción a partir de esta edad son las sillas de madera ajustables, ya que son más fáciles de adaptar a medida que el niño va creciendo; y éstas se deben ajustar cada 3 meses aproximadamente.
Otras opciones …
Si en casa solo se tiene una mesa alta, isla de cocina o barra de desayuno, se pueden utilizar sillas de alimentación portátiles enganchables.
Y recordad, lo más importante es colocar siempre al niño en una posición de 90º con los pies apoyados para asegurar su estabilidad postural; por eso, si la silla o trona en la que vayáis a sentar a vuestro bebé no trae reposapiés o éste todavía le queda muy lejos, no dudéis en colocarle uno vosotros mismos: ¡simplemente un cubo de psicomotricidad podría servir!
En Neuraxis trabajamos de forma interdisciplinar para ayudar a resolver las dificultades que puedan aparecer en la alimentación. Si crees que podemos ayudarte no dudes en pedir más información