En primer lugar, ¿ qué es el cáncer?
Podemos definir el cáncer como un grupo de enfermedades que se caracterizan por una multiplicación rápida de células anormales que se extienden más allá de sus límites habituales y pueden invadir partes adyacentes del cuerpo o propagarse a otros órganos.
En condiciones normales, las células se forman y se multiplican para formar otras nuevas a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células se deterioran o envejecen, mueren y las nuevas las reemplazan. En ocasiones, no se sigue este orden y las células anómalas se forman y/o se multiplican cuando no deberían. Estas células tal vez formen bultos de tejido conocidos como tumores, los cuales pueden ser malignos o benignos.
Los tumores malignos o cancerosos se diseminan (o invaden) los tejidos cercanos. También pueden llegar a otras partes del cuerpo y formar tumores, un proceso conocido como metástasis.
Abordaje de un proceso oncológico
Existen multitud de tipos de cáncer por lo cual también es necesaria la existencia de una amplia variedad de intervenciones en base a factores como el tipo de células tumorales, la extensión o la etapa de la enfermedad. Por esta razón, al igual que ocurre con la mayoría de cuadros clínicos, la terapia contra el cáncer ha de ser individualizada y puede incluir uno o varios tratamientos.
Por otra parte, los diferentes avances científicos realizados en procedimientos para tratar el cáncer han servido para incrementar significativamente el número de personas supervivientes que conviven con alteraciones físicas y psicosociales relacionadas bien con la propia patología o con los posibles efectos adversos del tratamiento. Entre estas alteraciones destacamos:
- Linfedema
- Percepción de cansancio
- Dolor crónico
- Cambios a nivel psicosocial como depresión, ansiedad e insomnio.
Ante esta variabilidad de síntomas que pueden afectar a la calidad de vida del usuario es necesaria la aplicación de una rehabilitación integral de todos los aspectos.
Fisioterapia en pacientes oncológicos
Para poder abordar las limitaciones a nivel físico, una de las estrategias fisioterapéuticas con mayor respaldo científico es el ejercicio terapéutico tanto de manera individualizada como en grupo. Entendemos por ejercicio terapéutico como una actividad física estructurada, a partir de las necesidades e intereses de cada persona, con el propósito de acondicionar el cuerpo para mejorar las capacidades funcionales y la autonomía de aquellos que lo realizan.
Un aspecto fundamental para conseguir incrementar el potencial terapéutico del ejercicio es, además de una correcta individualización, una buena dosificación del mismo. Para ello debemos tener en cuenta parámetros como la duración de cada ejercicio y de la propia sesión, la intensidad, el volumen, la carga tolerada, progresión o adaptaciones en las actividades…
Como siempre os mencionamos, para poder adaptarnos lo máximo posible a cada persona es necesario realizar previamente una valoración exhaustiva de sus capacidades básicas mediante escalas objetivas.
Se ha evidenciado que la inclusión del ejercicio de manera habitual para las personas diagnosticadas con algún tipo de cáncer, incluyendo niños y jóvenes, además de mejorar el bienestar a nivel físico, genera un efecto positivo en todas las etapas de la enfermedad al disminuir la fatiga, mejorar la tolerancia al tratamiento, ayudar a disminuir el tiempo de recuperación, mejorar la calidad del sueño, la función inmune, el sistema cardiovascular y, por consiguiente, evita efectos como la cardiotoxicidad. A pesar de ello, la realidad muestra que solo el 30% de los pacientes incluye el ejercicio como parte de su tratamiento activo contra el cáncer.
Es fundamental tener en cuenta que la evidencia emergente resalta que el ejercicio regular antes, durante y después del tratamiento contra el cáncer es seguro y se asocia positivamente con la disminución de la gravedad de los signos y síntomas, además de los efectos secundarios adversos del tratamiento. Además, se relaciona con un menor riesgo de desarrollar nuevos cánceres y afecciones comórbidas como enfermedades cardiovasculares, diabetes y osteoporosis, fatiga y dolor, entre otros.
Si queréis saber más sobre el ejercicio terapéutico o el abordaje neurorrehabilitador desde esta y otras áreas como puede ser la estimulación cognitiva, no dudéis en poneros con nosotras. Estaremos encantadas de poder ayudaros en nuestro centro en Ferrol!