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 ¿Cuánto tiempo debo esperar tras un ictus para acudir a neurorrehabilitación?

El accidente cerebrovascular (ACV o ictus) es una patología que se produce al detenerse el flujo sanguíneo cerebral de una determinada región. Esto conlleva, en un elevado porcentaje de los casos, una alteración en la función de una o varias extremidades limitándose así la realización de las actividades de la vida diaria.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) cada año se producen en España sobre 120.000 nuevos casos de ictus y, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), sólo el año pasado, más de 24.000 personas fallecieron debido a un ictus y más de 34.000 personas desarrollaron una restricción en la participación por esta enfermedad. Esto hace que el ictus sea la primera causa de discapacidad en España – más de 360.000 personas tienen reconocida una discapacidad por haber padecido un ictus y que el accidente cerebrovascular sea la segunda causa de muerte en mujeres en España y la tercera causa en ambos sexos.

Las enfermedades cerebrovasculares son una causa muy frecuente de hospitalización, limitación en las actividades y restricción en la participación en el entorno de la persona que la presenta.

Cabe destacar que los cuadros pueden ser de leves a graves e ir empeorando si no se inicia a tiempo un tratamiento específico para intentar frenar y/o modular su progresión. Un ejemplo de la importancia del abordaje precoz puede ser que sin tratamiento, casi el 30% de las personas que sufren un ACV desarrollan hiperresistencia al movimiento (espasticidad) a los 3 meses del ACV y la cifra asciende a aproximadamente el 60% al sexto mes. Una situación que limita significativamente la autonomía de los pacientes y aumenta su dependencia de la familia y la necesidad de recursos hospitalarios.

Los estudios realizados hasta el momento demuestran que los usuarios que inician de manera precoz su proceso de rehabilitación (las primeras 48 o incluso 24h horas después del ictus, siempre y cuando estén estables a nivel hemodinámico y los profesionales sanitarios determinen que puede iniciarse la neurorrehabilitación) con movilizaciones de manera temprana tienen un mejor pronóstico que aquellos que la inician posteriormente. 

Por ello, es fundamental consensuar una adecuada dosis de terapia ya que cuantos más estímulos lleguen a nuestro sistema nervioso central, especialmente en los 3 meses posteriores al daño cerebral, mayor será la capacidad de generar adaptaciones (neuroplasticidad). 

Además de empezar lo antes posible el proceso de rehabilitación, los estudios confirman que la intensidad del tratamiento juega también un papel fundamental en la terapia.

Aumentar la intensidad en el tratamiento del paciente neurológico, implica una mayor exigencia a nivel físico, aunque también supone un aumento de las demandas cognitivas y/o ambientales. Por ello, para ser capaces de ajustarnos lo máximo posible a cada usuario es necesario realizar previamente una valoración exhaustiva de sus capacidades básicas que, además, servirán para realizar un seguimiento de la evolución del tratamiento.

Esta forma, precoz e intensiva, de abordaje del usuario plantea, no sólo la mejora a nivel de actividad y de participación del miembro afecto en las actividades, sino la mejora a nivel de actividad y participación general de la persona en su entorno.

En conclusión, la neurorrehabilitación temprana e intensiva del paciente con ictus tiene como objetivo fundamental conseguir la máxima capacidad funcional posible en cada caso y facilitar la independencia y la reintegración en el entorno familiar, social y laboral.

ictus

Si queréis saber más sobre la intervención temprana e intensiva en ACV desde el campo de la neurorrehabilitación, no dudéis en consultarnos en nuestro centro, estaremos encantados de poder ayudaros.