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¿CUÁNDO ES ADECUADO PLANTEARSE LA ESTIMULACIÓN COGNITIVA EN UN ADULTO?

Como hablábamos en entradas anteriores del blog, con la edad es normal que se deterioren las funciones cognitivas, pero debemos tener precaución cuando dichas pérdidas afectan a la capacidad de una persona para llevar a cabo tareas funcionales (por ejemplo, administrar su dinero, utilizar el transporte público, recordar fechas o citas importantes). 

El límite entre el envejecimiento saludable y el patológico es muy impreciso, y debe ser valorado por un neuropsicólogo, que constate el nivel de funcionamiento de las funciones cognitivas, para comprobar si está dentro de lo esperable para el grupo de edad. Sin embargo, no hace falta estar desarrollando un proceso neurodegenerativo para tomar un papel activo en nuestra salud cerebral, y buscar tratamientos para conservar el rendimiento cognitivo el mayor tiempo posible.

Los procesos neurodegenerativos desconectan neuronas, lo que provoca que se vayan muriendo y eso da lugar a atrofia cerebral. La base de la intervención con población adulta mayor sana o en etapas iniciales de deterioro es potenciar la plasticidad neuronal que aún está intacta. La plasticidad es la capacidad de las neuronas para formar nuevas conexiones y nuestro objetivo a través de la intervención es doble:

  • Fortalecer las conexiones existentes y que sean más resistentes al deterioro.
  • Potenciar la creación de nuevas conexiones que compensen la pérdida o el bajo funcionamiento de zonas afectadas.

Para conseguir estos objetivos desde neuropsicología contamos con una técnica denominada ‘estimulación cognitiva’

Se trata de una serie de actividades diseñadas para mantener el funcionamiento cognitivo general, para retrasar así el avance de un posible deterioro cognitivo y mantener una buena salud cerebral. En función del perfil del paciente, es decir, de sus puntos fuertes y débiles, se elaboran actividades que implican la participación activa de la persona, puesto que se le exige la puesta en marcha, y con ello la activación, de todas las funciones cognitivas: atención, memoria, lenguaje, percepción y funciones ejecutivas. Además, esta técnica se puede llevar a cabo en grupo, lo cual estimula también la cognición social y favorece la creación de redes de apoyo emocional.

La identificación del deterioro cognitivo en etapas iniciales permite la preservación de más áreas, puesto que permite trabajar con un cerebro que tiene menor carga patológica, es decir que está más sano. La estimulación cognitiva permite conservar el máximo tiempo posible las funciones cognitivas que están intactas y mantener el funcionamiento de aquellas que se han visto mermadas.