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Conducir después de un ictus, ¿es posible?

En nuestro día a día, hacemos uso del vehículo para múltiples actividades, ya sea para ir al trabajo, a la compra, para realizar actividades de ocio, etc. La autonomía en la movilidad supone, además, un factor determinante para mantener una adecuada calidad de vida e independencia personal. Es por ello, que muchos de nuestros pacientes después de haber sufrido un ictus, plantean como uno de sus objetivos de intervención el poder volver a conducir. 

En esta entrada os queremos contar cómo es el proceso de valoración y adaptación del vehículo, qué tipos existen y cómo se puede llevar a cabo.

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES SECUELAS QUE LIMITAN LA CONDUCCIÓN TRAS UN ICTUS?

Las personas que han sufrido un ictus suelen presentar una serie de secuelas que pueden dificultar la realización de actividades cotidianas. Algunas más comunes y que, en el caso de la conducción, producen mayores limitaciones son:

  • A nivel físico, sensorial y motor: nos encontramos sobre todo con las que se producen a nivel visual (hemianopsia, cuadrantanopsia etc), ya que a travesde la vista se percibe un 80% de la información necesaria para conducir. Por otro lado, la hemiparesia o hemiplejia de miembros superiores y/o inferiores puede suponer un factor limitante, siendo necesario el reentrenamiento de habilidades motoras o, en su defecto, la prescripción de adaptaciones individuales de las cuales hablaremos más adelante.
  • A nivel cognitivo: la atención y velocidad de procesamiento son un requisito indispensable, ya que es esencial ser capaz de alternar el foco atencional para percibir y reaccionar ante algún imprevisto o situación inesperada, así como tomar decisiones de forma rápida.

¿CÓMO ES EL PROCESO DE ADAPTACIÓN?

En un primer momento, es necesario realizar una evaluación de las capacidades individuales para valorar la posibilidad de llevar a cabo la actividad y/o adecuar el tratamiento para adquirir las habilidades requeridas. Y en caso de que sea necesario, analizar y valorar posibles adaptaciones a incluir en el vehículo.

Hay que tener en cuenta que tras un DCA, es necesario que transcurra un tiempo mínimo de 12 meses para volver a conducir y que posteriormente, el personal médico autorice la realización de la actividad. En el caso de Accidentes Isquémicos Transitorios (AIT) son 6 meses.

Una vez que se haya realizado el tratamiento enfocado hacia la adquisición de capacidades necesarias para desempeñar la actividad, como puede ser utilizando nuevas tecnologías. (Play Station con volante.)

En un primer momento, es necesario realizar una evaluación de las capacidades individuales para valorar la posibilidad de llevar a cabo la actividad y/o adecuar el tratamiento para adquirir las habilidades requeridas. Y en caso de que sea necesario, analizar y valorar posibles adaptaciones a incluir en el vehículo.

Hay que tener en cuenta que tras un DCA, es necesario que transcurra un tiempo mínimo de 12 meses para volver a conducir y que posteriormente, el personal médico autorice la realización de la actividad. En el caso de Accidentes Isquémicos Transitorios (AIT) son 6 meses.

Una vez que se haya realizado el tratamiento enfocado hacia la adquisición de capacidades necesarias para desempeñar la actividad, como puede ser utilizando nuevas tecnologías. (Play Station con volante.)

La forma más sencilla de llevarlo a cabo el proceso de adaptación es a través del propio taller o un concesionario oficial. Estos, ya cuentan con los mecanismos necesarios para que las modificaciones realizadas cumplan con los requisitos legales, es por ello que no se puede realizar ningún tipo de modificación sin la supervisión de una persona con experiencia en el ámbito.

¿QUÉ TIPOS DE ADAPTACIONES EXISTEN?

Existen multitud de adaptaciones en función de las características particulares de cada persona. Estas, están orientadas hacia el acceso al vehículo y la conducción.

Para facilitar el acceso al vehículo nos encontramos con:

  • Tabla de transferencia para acceder desde una silla de ruedas al asiento.
  • Rampa manual para el acceso con silla (puede ser trasera en el caso de vehículos grandes).
  • Asiento giratorio.
  • Rebajes del suelo.

En lo relativo a la conducción:

  • Suplementos para pedales.
  • Pomo para volante.
  • Conducción por joystick .
  • Acelerador con aro y freno de palanca, de manera que tengamos los controles en los brazos.
  • Freno de mano eléctrico que se activa pulsando un botón.
  • Embrague automatizado.
  • Mandos multifunción: para activar o desactivar determinados servicios como aire acondicionado, intermitentes etc…
Es importante que los programas de ejercicio se pauten por un fisioterapeuta especializado en este ámbito, ya que sabrá determinar qué tipo de actividad realizar en función del momento en el que se encuentren tanto el paciente como la patología que padece.