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Caminar hacia atrás tras un daño neurológico

Cuando una persona se desplaza caminando es importante que la marcha sea eficiente para caminar lo máximo posible sin cansarnos. Cuando se sufre una patología neurológica la capacidad de caminar se ve afectada frecuentemente y es uno de los objetivos de rehabilitación de muchos de los usuarios.

Por ello los fisioterapeutas neurológicos realizamos un análisis de la marcha, que es importante tanto para el diagnóstico clínico como para el planteamiento de objetivos y la posterior intervención terapéutica y pautas.

Caminar nos puede ayudar a potenciar la fuerza muscular, el equilibrio y la coordinación; lo que nos lleva a un menor riesgo de caídas y a mejorar la autonomía y la participación de la persona en el entorno.

Pero… ¿y caminar hacia atrás?

Aunque no se incluya con tanta frecuencia en las sesiones de rehabilitación sabemos que la marcha hacia atrás ha demostrado mejoras en aspectos clave como la fuerza muscular, el control motor, los parámetros de marcha, la coordinación o el equilibrio.

Entonces, ¿puede ser interesante implementar en nuestras sesiones el entrenamiento de marcha hacía atrás?

La marcha hacia atrás puede ser definida como realizar el movimiento opuesto al de la marcha hacia delante y por tanto la actividad muscular y la dirección de las articulaciones van a ser también las contrarias.

En los últimos estudios que se han realizado sobre marcha, el entrenamiento de la marcha hacia atrás ha sido entendido como una modalidad para poder mejorar el rendimiento cuando caminamos y aunque comparte similitudes con la marcha hacia delante parece tener sus propios beneficios específicos.

Durante la marcha hacía atrás son clave todos nuestros sentidos, es decir, se vuelve clave un correcto manejo de sistemas auditivo y sensoriales ya que se pierde la visión completa del trayecto a realizar así como de los posibles obstáculos. 

En relación a los mecanismos encargados del control del movimiento, tanto en la marcha hacia delante como en la marcha hacia atrás se utilizan los mismos con relación al ritmo pero la marcha hacia atrás requiere también de otros circuitos especializados. Por otro lado, cuando se entrena la marcha hacia atrás pueden obtenerse mejoras iguales o superiores a los de la marcha hacia delante en la mejora de fuerza, principalmente en extremidades inferiores, la capacidad aeróbica, el equilibrio, la coordinación y la conciencia corporal lo cual se traduce en una reducción del riesgo de caídas.

Además, la marcha hacía atrás podría generar cambios en la biomecánica de la marcha, especialmente en sus características espacio-temporales. Es decir, el entrenamiento de la marcha hacía atrás puede potenciar mejoras en parámetros como:

  • Velocidad: distancia recorrida por unidad de tiempo (metros por segundo).
  • Cadencia: pasos realizados por unidad de tiempo.
  • Longitud de zancada: distancia entre dos pasos o entre el talón del mismo pie.

Si queréis saber más acerca de la marcha hacia atrás o cómo ponerla en práctica, estaremos encantados de poder ayudaros!