Atención tras un daño cerebral.
La atención es el proceso por el cual podemos dirigir nuestros recursos mentales sobre algunos aspectos del medio, los más relevantes, o bien sobre la ejecución de determinadas acciones que consideramos más adecuadas entre las posibles. Hace referencia al estado de observación y de alerta que nos permite tomar conciencia de lo qué ocurre en nuestro entorno. En otras palabras, es la capacidad de generar, dirigir y mantener un estado de activación adecuado para el procesamiento correcto de la información.Dentro de esta función cognitiva debemos hablar de cinco procesos diferentes:
- Focal: capacidad que tiene nuestro cerebro para centrar nuestro foco atencional en un estímulo objetivo, independientemente del tiempo que dure dicha fijación.
- Sostenida: capacidad de mantener de manera fluida el foco de atención en una tarea o evento durante un periodo de tiempo prolongado. Este tipo también se llama vigilancia.
- Selectiva: capacidad para dirigir la atención y centrarse en algo sin permitir que otros estímulos, bien externos o internos, interrumpan la tarea.
- Alternante: capacidad de cambiar nuestro foco de una tarea o norma interna a otra de manera fluida
- Dividida: capacidad para responder a varias tareas o estímulos que aparecen de forma simultánea.
Los déficits de atención que pueden aparecer tras un daño cerebral va a depender del proceso atencional que se vea afectado. Esto provoca diferente sintomatología, pero cabe destacar que es común en pacientes con dificultades atencionales que les moleste los sitios ruidosos, las reuniones en familia, los bares llenos de gente, la música alta, etc. Esto viene provocado por la poca capacidad de nuestro cerebro para atender a muchos estímulos a la vez en un mismo lugar. Una persona con dificultades atencionales puede intentar evitar este tipo de lugares o situaciones; se agotará en poco tiempo, le dolerá la cabeza y sentirá un malestar general ante la presencia de muchos estímulos.
COMO DETECTO SI MI FAMILIAR TIENE DIFICULTADES EN ATENCIÓN.
Las dificultades más comunes que sufren las personas con problemas atencionales son:
- La facilidad de distracción y la falta de atención en los detalles.
- Dificultad para seguir instrucciones y finalizar sus tareas.
- Suelen cometer errores por descuido.
- Evitan tareas que requieren un esfuerzo mental sostenido.
Por ejemplo, cuando pasamos continuamente de un estímulo a otro y no somos capaces de focalizar en alguno estamos ante un problema de atención. Esto influirá decisivamente en los procesos de memorización, ya que si no prestamos la suficiente atención a un estímulo, no seremos capaces de procesarlo y retenerlo en la memoria. Para intentar detectar esta sintomatología en nuestro familiar podemos realizarnos algunas preguntas con respecto a su rendimiento en ciertas tareas como son:
Los déficits de atención que pueden aparecer tras un daño cerebral va a depender del proceso atencional que se vea afectado. Esto provoca diferente sintomatología, pero cabe destacar que es común en pacientes con dificultades atencionales que les moleste los sitios ruidosos, las reuniones en familia, los bares llenos de gente, la música alta, etc. Esto viene provocado por la poca capacidad de nuestro cerebro para atender a muchos estímulos a la vez en un mismo lugar. Una persona con dificultades atencionales puede intentar evitar este tipo de lugares o situaciones; se agotará en poco tiempo, le dolerá la cabeza y sentirá un malestar general ante la presencia de muchos estímulos.
PREGUNTAS QUÉ NOS PODEMOS HACER |
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¿Puede ver una película entera? |
¿Es capaz de leer el periódico o ver las noticias sin perderse? |
¿Puede mantener una conversación con una o varias personas? |
¿Se distrae fácilmente o no sabe por dónde iba? |
¿Puede tener una conversación mientras realiza alguna tarea cotidiana? |
¿Es capaz de “hacer 2 cosas a la vez“? |
¿Tarda más en realizar tareas en las que antes empleaba poco tiempo? |
¿Le molesta estar en sitios con mucha gente o los ruidos muy altos? |