Si has sido diagnosticado recientemente de Esclerosis Múltiple (en adelante, EM), ya sabrás que se trata de una enfermedad neurológica progresiva y crónica, que se caracteriza por presentar una sintomatología muy variable en función de la región o regiones del Sistema Nervioso a las que afecta. Por ejemplo, puede provocar alteraciones visuales si afecta a la zona cerebral que se encuentra a nivel posterior, o dificultades a nivel de movimiento si las lesiones se encuentran a nivel más anterior en el cerebro o en la médula.
En un primer momento tras el diagnóstico es posible que no hayas encontrado restricciones relevantes para seguir llevando a cabo tus actividades de la vida diaria. A pesar de ello, las guías de práctica clínica recientes de alto nivel (como esta americana, en inglés), recomiendan comenzar la rehabilitación y el ejercicio desde estadíos iniciales, con el objetivo de maximizar la capacidad funcional y la independencia a medio y largo plazo, así como para mejorar tu participación en la sociedad.
Todo ello debe incluirse dentro de un trabajo en equipo en el que tú serás el centro, junto con tu familia y todos los profesionales sociosanitarios que te acompañen y ayuden durante el proceso. Todos ellos intentarán trabajar para conseguir tus metas, bien recuperando funciones, o en caso de que esto no fuese posible, buscando compensarlo de otra forma o adaptando el entorno para lograr la máxima autonomía e independencia en todas tus actividades cotidianas, incluyendo el ocio y tiempo libre.
Y como parte importante en este proceso, en el que en muchas ocasiones se afecta la movilidad, es fundamental incorporar una rutina de ejercicio en el día a día. Así, los beneficios del ejercicio terapéutico pueden ayudarte a mejorar el estado cardiovascular, la fuerza, la fatiga, la función cognitiva y el estado de ánimo, entre otros.
Las recomendaciones de las principales sociedades científicas internacionales y guías profesionales hablan de 2 a 4 horas de actividad física semanales, pudiendo distribuirse este tiempo de forma variable a lo largo de la semana (por ejemplo, realizar 30 minutos de actividad guiada los días laborables, o realizar 1 hora en 2 días a la semana). A continuación, en Neuraxis, te recomendamos 3 tipos de ejercicio que son beneficiosos para personas con un diagnóstico reciente de EM:
- Ejercicio cardiorrespiratorio, como caminar, andar en bicicleta, bailar, correr o nadar, por ejemplo. Estas sencillas actividades pueden ayudarte a mantener un óptimo nivel de funcionamiento desde el diagnóstico, y pueden ser muy variables en función de tus gustos y preferencias. Así, es una forma dinámica de empezar a introducir una rutina de actividad saludable (si no la tenías previamente) que sea beneficiosa para tu estado de salud.
- Ejercicio específico de fuerza, que incluya grupos musculares a nivel de todo el cuerpo y tenga en cuenta no sólo la fuerza “explosiva”, sino también la fuerza-resistencia. Así, puedes hacer sentadillas, planchas en suelo o en pared, actividades funcionales con tu propio peso en apoyo sobre los pies (o sobre las manos…)
- Ejercicios de coordinación, que pongan énfasis no sólo en el movimiento realizado por los brazos y piernas, sino también en la estabilidad necesaria en el tronco para poder llevarlos a cabo de forma realmente exitosa. Son actividades que pueden incorporarse dentro de una rutina de tu rutina de ejercicio y muchas veces sólo requieren de tu propio cuerpo para llevarlas a cabo, siendo consciente de que es necesario que te fijes en 2 o 3 aspectos concretos para hacerlo de forma correcta (el fisio puede ayudarte a saber cuáles son en tu caso concreto).
Es fundamental que el ejercicio esté pautado y supervisado por un profesional sanitario especializado en neurorrehabilitación, el neurofisioterapeuta, puesto que estamos hablando de una situación en la que es fundamental no sólo saber cómo se puede adaptar la actividad física, sino también tener un amplio nivel de conocimiento sobre la neuroanatomía, neurofisiología, la biomecánica y fisiología muscular, etc.
Sin embargo, no necesariamente eso implica realizar X sesiones de fisioterapia a la semana, sino que puede darte una serie de recomendaciones, después de valorarte de forma exhaustiva, sobre cómo abordar tu situación en función de lo que necesitas y también tu rutina personal, laboral y social.
La cantidad de opciones es muy amplia y lo fundamental es que tú tengas una vida activa, sea cual sea la escogida de entre todas las posibilidades; así, puedes plantearte incorporar esta nueva rutina de forma individual o en grupo .Ésta última fórmula puede ser muy beneficiosa cuando necesitas conseguir introducir la rutina de ejercicio de forma divertida y dinámica, sintiendo el apoyo de otras personas que puedan aportarte también su experiencia y con la que puedas compartir tus logros.
Si tienes alguna duda sobre qué tipo de actividad física será la más adecuada en tu caso, nuestro equipo de neurofisioterapeutas estará encantado de ayudarte