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Rehabilitación neurológica domiciliaria

Rehabilitación neurológica domiciliaria.

En el ámbito de la rehabilitación neurológica, es frecuente que muchas familias acudan a un centro especializado para demandar servicios en domicilio en lugar de hacerlo en el propio centro. Cuando se decide cambiar el espacio en el que se interviene o trabaja con el paciente, ambas parten han de tener en cuenta las nuevas circunstancias, pero siempre teniendo en cuenta que los objetivos de tratamiento serán los mismos.Debido a la situación actual en lo referente al COVID-19, muchas personas que han sufrido un daño cerebral adquirido, o que padecen alguna otra enfermedad neurológica, se han visto obligadas a cambiar el lugar de tratamiento para iniciar terapia domiciliaria. Esta decisión se ha tomado simplemente por prevención, debido al riesgo que puede suponer que una persona con patologías previas entre en contacto con el coronavirus.

En todo caso, es fundamental tener en cuenta que no siempre está indicada la atención domiciliaria, ya que también posee algunos inconvenientes al llevarla a la práctica. Por ejemplo, cuando se trabaja en domicilio no se dispone de las mismas herramientas y medios materiales (desde superficies que se regulan en altura y se mueven fácilmente a medios tecnológicos y relacionados con la realidad virtual).

Para decantarse por este tratamiento es fundamental tratar cada caso de forma individual y que la persona/familia se asesore con un profesional y lo valore teniendo en cuenta sus circunstancias y necesidades particulares.

Según el tipo de lesión o patología, intervienen en el proceso rehabilitador distintos miembros del equipo multidisciplinar (fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, logopedas o neuropsicológos) siendo los mismos que desarrollan su labor en el centro, los encargados de acudir al domicilio. Dependiendo de las necesidades de cada paciente y de los objetivos a alcanzar será uno, otro, o varios, los profesionales encargados de llevar a cabo el proceso rehabilitador.

ASPECTOS A TENER EN CUENTA PARA INICIAR TRATAMIENTO EN DOMICILIO.

Debemos tener en cuenta que esta situación puede ser transitoria. De manera que puede ser necesario iniciar el proceso rehabilitador en el domicilio para en un periodo de tiempo poder trasladarlo al centro. Esto ocurre en muchos casos de personas que han sufrido un ictus, un traumatismo craneoencefálico o una lesión medular; con el inicio de la recuperación de funciones a nivel motor, pueden mejorar su capacidad para transferirse de un lugar a otro, siendo más sencillo para la familia poder acompañarles al centro.

Inmovilidad del paciente: Uno de los criterios más relevante para decantarnos por este tipo de terapia es, sin duda, la incapacidad o las limitaciones físicas del paciente.

Barreras arquitectónicas: Que la vivienda no esté adaptada para que la persona pueda salir de ella fácilmente (por ejemplo, vivir en un piso sin ascensor y poseer dificultades de movilidad).

Valoración inicial del entorno: Es recomendable realizar una valoración del entorno domiciliario cuando se inicia un tratamiento rehabilitador. El encargado de llevarla a cabo será siempre un terapeuta ocupacional. Después de esta primera valoración, en la que también se debe incluir una breve descripción de los hábitos del paciente y su familia, el terapeuta podrá dar pautas/recomendaciones concretas para una correcta adaptación del domicilio si fuese necesario.   (Como adaptar un baño, redistribuir mobiliario para que sea más accesible la vivienda, como entrar o salir de la bañera de forma segura son algunas de las recomendaciones.)

Generalizar objetivos trabajados en el centro: En algunas ocasiones, después de meses de trabajo en el centro, las familias y los profesionales consideran necesaria la intervención domiciliaria para que la persona pueda generalizar en las actividades de la vida diaria lo trabajado en las sesiones. Dicho de otra forma, se trata de ayudar a la persona que lleva tiempo entrenando en el centro, a llevar a cabo el planteamiento en la situación real en la que surge la necesidad.

Por tanto, podemos concluir que la neurorrehabilitación domiciliaria es una forma de abordaje que puede ser necesaria en muchos casos durante algún período del proceso de recuperación y tratamiento. En caso de que sea necesaria, tras valorar la situación concreta por el profesional de referencia, es importante ajustarse a las necesidades del paciente y la familia para optimizar los tiempos de tratamiento así, integraremos el trabajo de todo el equipo multidisciplinar, manteniendo el nivel de motivación al máximo y dotando al paciente de la actitud positiva y activa que le permita gestionar eficientemente la situación, mejorando su calidad de vida.